domingo, 5 de diciembre de 2010

MALDITA INDIFERENCIA


Mientras fuera, en la calle,
en los barrios sin fondo,
en las esquinas viejas por el tiempo
de tanta espera inútil,
los hombres y mujeres,
con las manos tendidas,
piden una esperanza para el mundo.
Mientras miro, en la ausencia,
a esos niños amargos
que abastecen de sueños
su infinita tristeza,
ajenos a la vida y a la muerte,
al hambre y la miseria.
Mientras todo esto pasa
por el paisaje de los olvidados,
yo sigo en mis placeres cotidianos,
detrás de los cristales
de este día gris de otoño.
mientras siento y escucho
esa dulce y maldita indiferencia
que me embarga de sombras
la mirada del alma.
Mientras llueven silencios en la calle
y no me duele el corazón
al saber que hay un mundo
donde sembrar un grano de esperanza.