Y, de pronto, despierta el rumor del paisaje mientras la tímida luz comienza a recortarse entre los cerros. Los pájaros se atreven a cantar y sus trinos van llenando la mañana como campanillas de luz colgadas del aire. Un burro emite su rebuzno, ronco y sonoro. Se oyen, entre jaras, las esquilas de las cabras, los impacientes balidos de las ovejas , los plañideros mugidos de las vacas. De los corrales cercanos se despereza, orgulloso, el altanero canto del gallo, mientras la luz de la mañana se extiende por los pequeños valles y montes del entorno rural. Comienza la armonia de la vida. El silencio de la noche dió paso solemne a la voz del nuevo día.
domingo, 25 de enero de 2009
EN EL SILENCIO DEL AMANECER
Y, de pronto, despierta el rumor del paisaje mientras la tímida luz comienza a recortarse entre los cerros. Los pájaros se atreven a cantar y sus trinos van llenando la mañana como campanillas de luz colgadas del aire. Un burro emite su rebuzno, ronco y sonoro. Se oyen, entre jaras, las esquilas de las cabras, los impacientes balidos de las ovejas , los plañideros mugidos de las vacas. De los corrales cercanos se despereza, orgulloso, el altanero canto del gallo, mientras la luz de la mañana se extiende por los pequeños valles y montes del entorno rural. Comienza la armonia de la vida. El silencio de la noche dió paso solemne a la voz del nuevo día.
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