domingo, 22 de marzo de 2009

LA VERDADERA IGLESIA DE CRISTO.

El mensaje evangelico de Jesús, se basa en el amor, en el perdón y en la caridad. Para nosotros, los creyentes, Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre, que cargo sobre sus espaldas los males y las equivocaciones del mundo y murió de forma cruel en una cruz para redimirnos del pecado y de la muerte. Para los no creyentes Cristo fue una figura histórica fundamental que pregonó la solidaridad entre todos los sombres y mujeres del mundo y que murió en una cruz por defender sus ideas.

Encomiable la labor y la lucha de los primeros cristianos en el seno de la Iglesia primitiva, enfrentándose al poder establecido por defender el mensaje de Cristo basado en el amor a todos los seres del mundo. A partir de ahí la trayectoria de la Iglesia Católica ha trazado sobre la historia dos caminos muy diferentes.

Al consolidarse como institucion influyente en la esfera social, la Iglesia Jerárquica, a mi entender, se aparta del Evangelio y acumula extensas y abundantes riquezas, gastando su patrimonio, obtenido en su mayor parte por la donación de fieles pudientes, en tesoros materiales y por lo tanto desoyendo el mensaje, de austeridad, sencillez, caridad y humildad, de Cristo.

El alejamiento de la sociedad, de sus necesidades y de sus problemas y por lo tanto desconociendo el latido social, es otra de la direcciones equivocadas de la Iglesia Jerárquica con respecto al Evagenlio de Jesuscrito. Jesús, estuvo siempre muy cerca de la gente, de sus problemas, de sus necesidades; estuvo cerca de los necesitados, de los pecadores, de los desechados y aborrecidos de la sociedad y siempre antepuso el perdón y la misericordia a cualquier otro sentimiento o predisposición; no se subía a los púlpitos, bajaba a los caminos y a las calles para estar cerca de la gente y a la altura de la gente.

La Iglesia Jerárquica ha cometido errores en la historia al unirse a gobiernos o tendencias políticas que amparaban sus influyentes dominios de poder. Cristo nunca se alió con ningún poder establecido, su poder era la palabra sencilla y el amor universal.

Pero existe otra Iglesia, la verdadera Iglesia de Cristo, la Iglesia de Cáritas, de los voluntarios, de los misioneros, de las numerosas agrupaciones y entidades cristianas que practican en todo el mundo la caridad, desde el perdón, la solidaridad y el amor a todos los hombres y mujeres, en especial a los pobres y necesitados. Ellos son la verdadera Iglesia y el verdadero ejemplo de Cristo en la Tierra.

Y hablando sobre la idoneidad o no del crucifijo en los sitios públicos, opino que, para mi, el Crucifijo representa la escenificación trágica y máxima del amor, representa únicamente a Cristo y a su mensaje de amor y sacrificio por todos los seres del mundo, representa la verdadera Iglesia Evangélica; no representa, para mi, a ninguna otra institución eclesiástica. El crucifijo es la imagen desgarrada de un hombre que murió, cruelmente y perdonando a sus verdugos, por defender hasta las últimas consecuencias su mensaje de amor y para descargar al mundo de sus males y de sus equivocaciones. Esa es mi opinión como ciudadano de a pie, como creyente y como cristiano convencido. Admito y respeto cualquier otro tipo de opinión sobre el asunto.

1 comentario:

  1. ¡Hay amigo mio que de todo hay en la viña del Señor!

    Como creyente, comprometido, intrometida, involucrada, entregada, pero sin escepticismo, aprendí que la mejor manera de seguirle, de entenderle, de comprendere, de poder aprender más y mejor de jesucristo, es estando en la calle, estando con la gente, acercándote a la gente, cuidando y alentando a cuantos te necesitan, porque el único ejemplo que tenemos es el vivo testimonio y la persona de Jesucristo, a partir de ahí, la humanidad ha tergiversado la história, incluso metieron mano en los libros que forman y podrían formar la Biblia, parte de su contenido se perdió pero algunos manuscritos se ha ido recuperando, otros tantos no se sabe ni donde andarán, pero en ningún momento pongo en tela de juicio el impresionante testimonio de la persona de Jesucristo, el Verbo hecho carne.

    De él aprendemos, todo, por todo y para todo, porque tuve lo que aprendistéis, oísteis y vistéis esto haced, así que, no creo que sea tan complicado de entender, ni de practicar.

    Retornaré amigo, profunda reflexión.

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